Me despierto, vuelvo a la vida, atravieso el mismo portal, me convierto en accidental testigo de fotogramas de cada vida ajena que pasa cerca… gentes infelices, gentes acostumbradas.
Acudo solo a los cines en sesiones minoritarias, miro a mi lado y de algún modo valoro mi soledad, me doy una palmadita en el alma.
Mantengo intacto el romanticismo que me evocan los viajes en tren, miro por la ventana, elijo renuncias, recuerdo.
Camino bajo la lluvia y a lo lejos veo a Ingrid Bergman bajarse de aquel maldito avión a tiempo y volver junto a Bogart. Evito como puedo pensar en que podría haber sido mejor, lucho contra mi destructiva querencia a la nostalgia, huyo.
Encaro el futuro con los puños cerrados, escucho de fondo el sonido de un corazón necesitado de chapa y pintura. Entiendo que cada día es una nueva oportunidad para cambiar las cosas, entiendo que sigo vivo… y todo lo demás no importa.
2 alma/s en esta ciudad:
He llegado hasta aquí desde el blog de una amiga y me gusta lo que leo :)
"Entiendo que cada día es una nueva oportunidad para cambiar las cosas, entiendo que sigo vivo… y todo lo demás no importa."
Uf... Qué dificil eso. Dia a día lo intento, y me cuesta horrores. De a poco se aprende, verdad? aunque... Cómo se hace?
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