Un hombre es invitado a cenar por una mujer que apenas conoce y cuyo marido está en Londres esa noche. En la casa hay un niño de dos años al que cuesta acostar. Por fin, cuando se confirma el carácter galante de la cita, la mujer se siente mal, agoniza y muere antes de haberse convertido en su amante.
Éste es el arranque de una de las novelas más apasionantes y emotivas de los últimos tiempos, que ha merecido prestigiosos galardones literarios.
Mañana en la batalla piensa en mí
martes, 30 de septiembre de 2008
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Los ojos azules en blanco y negro
domingo, 28 de septiembre de 2008
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¡Olvídate de mí! (2004)
sábado, 20 de septiembre de 2008
Es el día que nos conocimos, estabas junto al mar. Podía divisarte a lo lejos. Recuerdo que me atrajiste incluso a esa distancia. Y pensé “jo, qué raro, me atrae la espalda de alguien”.
Llevabas la sudadera de color naranja que llegaría a conocer tanto, que incluso llegaría a odiar con el tiempo.
Pero entonces pensé “¡Cómo mola! una sudadera naranja”.
-Hola.
-Hola.
-Te he visto aquí y he pensado: "Gracias a Dios, una persona normal que tampoco sabe relacionarse".
-Si. Nunca... nunca se que decir.
-Me llamo Clementine. ¿Me prestas un pedazo de tu pollo?
Y entonces lo cogiste sin esperar una respuesta.
Fue tan íntimo... como si ya fuéramos amantes.
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Si alguna vez no hubieses existido... (Luis García Montero)
jueves, 18 de septiembre de 2008
si el calor de tus muslos no me hubiese
buscado como un látigo preciso
y mis ambigüedades electivas
-los días más oscuros de mí mismo-
no te hubiesen tenido como saldo
de afirmación o excusa,
es posible
que este volver a casa en soledad
y demasiado pronto,
me recordase ahora un poco menos
al joven que apostaba por el mundo,
con el mundo a su espalda.
Sólo el amor es duro.
Metidos en la noche, regresando
entre la potestad y la mentira,
hablamos del poder o de los sueños
al hablar del abrazo.
Y no lo sé tal vez, no sé si me recuerdo
prisionero de un cuerpo o libre junto a él,
buscando salvación o en servidumbre,
miserable y maldito, pero atónito.
Quizás sólo se trata de que no estás aquí,
de que perder es duro para todos
y el amor me hace falta, como sabes.
Quizás contigo estuve
tan demasiado cerca de tu reino,
que necesito ahora desmentirte,
utilizar los trucos que uno tiene
para poder seguir.
Porque somos así seguramente,
huellas equivocadas,
solitarias hogueras de un camino,
paraísos de cuatro habitaciones
que sólo se comprenden
después de haber firmado muchas veces,
precisamente ahí,
donde pone El viajero.
Y a mí, ya que prefiero escoger mis derrotas,
quiero que me recuerdes derrotado,
como quien algo espera
más allá de los tiempos y los hechos.
Quizás porque haga falta haberlo presagiado
o porque, en todo caso, nadie sabe
dónde acaban los sueños.
[ Luis García montero ]
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Arena en los bolsillos
viernes, 12 de septiembre de 2008
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Otto [ Youtube ]
miércoles, 10 de septiembre de 2008
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[ CE ]
martes, 9 de septiembre de 2008
los patos del estanque
sali corriendo para verte a ti.
Volví a casa solo
por los caminos inventados
que años antes
dibujabas para mí.
Ya nunca nadie te habla de futuro.
Ya nunca nadie dice:"quédate".
Perdimos tiempo en guerras
inservibles, aguaceros.
Desde entonces
los días son agujeros negros.
[...]
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El primer marido de Marilyn Monroe
domingo, 7 de septiembre de 2008
James Dougherty, policía jubilado de Los Ángeles, alcanzó un lugar en la historia de Hollywood al casarse con una hermosa adolescente llamada Norma Jean Baker a principios de la década de los años cuarenta, años antes de que ella se convirtiera en el icono sexual Marilyn Monroe.
"Yo no conocí a Marilyn Monroe, y en ningún momento he afirmado saber nada de ella", declaraba a United Press International (UPI) en 1990. "Yo conocí y amé a Norma Jean".
Dougherty, ex capitán de fútbol y delegado de clase en el instituto Van Nuys, tenía 20 años y trabajaba en el turno de noche de Lockheed Aircraft cuando empezó a salir con Norma Jean Baker, de 15 años, en enero de 1942. La familia de Dougherty había sido vecina de Grace Goddard, amiga de Gladis, la madre de Norma Jean, que entraba y salía constantemente de instituciones psiquiátricas. Norma Jean, que había pasado por diversos hogares de acogida, vivía entonces con Goddard y su marido.
"Querían volver al oeste de Virginia y no podían llevarse a Norma Jean", explicaba Dougherty en la entrevista concedida en 1990. "Su madre adoptiva me sugirió que me casara con ella. A mí me parecía demasiado joven, pero la llevé a bailar. Era una chica bastante madura, y físicamente también lo era, por supuesto. Hablamos y congeniamos muy bien". El 19 de junio de 1942 -tras pocos meses de noviazgo y sólo 18 días después de que Norma Jean cumpliera 16 años- se casaron. "Decidimos casarnos para impedir que volviera a una casa de acogida", recordaba más tarde Dougherty, "pero estábamos enamorados".
Después de la luna de miel en un lago del condado de Ventura, los recién casados se trasladaron a un estudio con cama abatible en Sherman Oaks. En 1944, Dougherty se enroló en la Marina mercante e inicialmente fue destinado a la enseñanza de seguridad marina en Isla Catalina, donde la joven pareja vivió en un piso.
"Era simplemente ama de casa", dijo Dougherty a UPI. "Los fines de semana íbamos a la playa, y los sábados por la noche tomábamos comida hawaiana. A ella le encantaba. Fue como pasar un año de luna de miel".
En un artículo publicado en 2004 por The Boston Globe, en el que lo calificaban de "anecdotista divertido, contundente y en ocasiones obsceno", Dougherty contaba que su joven esposa era cariñosa y divertida, y que le adoraba y lo llamaba Jimmie. "Nos queríamos con locura", dijo. "Yo me sentía el hombre más afortunado del mundo". Cuando Dougherty fue destinado al extranjero, su esposa regresó a Van Nuys, donde trabajaba en Radioplane Co., empaquetando e inspeccionando los paracaídas que se acoplaban a los aviones de combate en miniatura dirigidos por control remoto.
Después de que un fotógrafo la fotografiase para un reportaje sobre mujeres que trabajaban en la campaña civil durante la guerra, la joven se convirtió en una cotizada modelo en Los Ángeles. Hollywood pronto la reclamó. Y cuando el matrimonio con un esposo ausente empezó a tambalearse a medida que sus ambiciones profesionales aumentaban, tramitó un divorcio rápido en Las Vegas. El matrimonio terminó oficialmente en septiembre de 1946. "Yo estaba en un barco en el río Yangtsé, preparándome para entrar en Shanghai, cuando me entregaron los papeles del divorcio", declaraba Dougherty a Associated Press en 2002. Al volver a casa intentó convencer a Norma Jean de que olvidara el divorcio, pero ella se negó.
"Quería firmar un contrato con la 20th Century Fox, y en él decía que no podía estar casada; no querían a una joven estrella embarazada", dijo Dougherty en 1984 en una entrevista con UPI. "Cuando volví a verla, intenté convencerla para que lo dejara. Me quería allí; quería que siguiéramos sin estar casados, por el contrato. Yo no podía hacer eso". Así que él siguió con su vida y se casó con su segunda esposa, Pat, poco después del divorcio. Mientras tanto, Norma Jean, ya rebautizada como Marilyn Monroe, inició su ascenso en el estrellato de Hollywood.
Dougherty confesó que no había visto ninguna de las películas de Monroe en el cine porque su segunda esposa, de quien se divorció en 1972, no quería oír hablar de ella. Ella se sentía "como si tuviera que competir con Norma Jean, a pesar de que le llevaba mucha ventaja, porque me había dado tres hijos preciosos", afirmaba Dougherty. Durante su segundo matrimonio, dijo, "destruí todas las cartas de Norma Jean; cientos de ellas. No las necesito de recuerdo, pero probablemente podría haberme construido una casa con lo que me dieran por ellas".
Tras su matrimonio con Dougherty, Monroe volvió a casarse con la leyenda del béisbol Joe DiMaggio y el dramaturgo Arthur Miller, de los que también se divorció. Murió de intoxicación aguda por barbitúricos en 1962, a los 36 años.
Durante sus 25 años en la policía de Los Ángeles, Dougherty trabajó como detective y entrenó al primer grupo de Tácticas y Armamentos Especiales del departamento. Después de retirarse en 1974, se trasladó con su tercera esposa a Arizona y, después, a Maine.
Durante sus muchos años en Maine trabajó en el departamento del sheriff e impartió clases de criminología. También trabajó en la Comisión de Boxeo de Maine y como comisario del condado de Androscoggin. En 1986 perdió las elecciones al Congreso frente al titular del cargo, el republicano Albert G. Stevens.
Después de casarse con su tercera esposa, James Dougherty habló más abiertamente de su primer matrimonio y escribió dos libros sobre su relación con Monroe, The Secret Happiness of Marilyn Monroe (1976), y To Norma Jeane with Love, Jimmie (1997). (Aunque su apellido apareció impreso durante años como Norma Jean, en realidad ella escribía Norma Jeane). Dougherty también apareció en un documental de 2004 titulado Marilyn's Man, e incluso disponía de una página de Internet.-
James falleció el 15 de agosto de 2005 a los 84 años, en San Rafael, California, a causa de una leucemia.
[ Texto extraído de www.elpais.com ]
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