Solía esperarte
recostado en las entrañas
de días muertos.
Preso de la lectura
de algunos versos ajenos
como antecedentes.
Así pasaban las horas
hasta que mediada la tarde
tú regresabas, siempre,
con tu voz cansada
y en tus gestos y atenciones
la inyección de vida necesaria
para alcanzar la meta
de una nueva jornada.
Me dicen que yo no podía salvarte,
que la edad no tiene cura,
pero ahora
que me faltas y te falto
no puedo evitar sentir
los zarpazos del cansancio y la derrota.
Y la memoria es una herida abierta,
y la soledad una asesina
que me acecha en los rincones.
Si te juré estar bien fué
porque más allá de cielos o escaleras,
o placebos inventados,
tú me esperarás.
Pero hay días en que lo único que sé
es que saliste por la puerta
y yo nunca volví a creer en nada.
3 alma/s en esta ciudad:
Bonito, aunque triste, lo que escribes.
Un beso.
Nunca hay que dejar de creer, siempre hay que creer en algo...aunque sea en uno mismo.
Besos.
mis aplausos para vos !!
ojalá todos tengamos un momento tan feo que nos robe esas emociones impresionantes..
vale la pena
un besito
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